Nuevo libro de Gabriel Zaid

Gabriel Zaid, EL poder corrompe. Debate, México, 2019.

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De Gabriel Zaid, El poder corrompe. Debate, México, 2019.                              

PREÁMBULO

 La energía se degrada. Las flores se marchitan. Los niños dejan de ser niños. El español es un latín corrupto. Todo deja de ser lo que era, todo puede considerarse corrompido.

Pero sería indeseable, además de imposible, que las lenguas no evolucionen, los niños no crezcan, las flores no fructifiquen ni la vida aproveche la degradación de la energía. No todo cambio es corrupción. Sin cambios no hay vida ni progreso.

Otra cosa es que los encargados de intereses ajenos abusen del encargo que reciben. Sucede en la familia, la amistad, el trabajo, los negocios; en la vida social, cultural, religiosa y política.

La corrupción de los poderes públicos es una tradición universal y milenaria. A pesar de lo cual, ha desaparecido en algunos países y lo hará en otros, a medida que aumente el rechazo social.

No hay santos en el poder, ni hacen falta. Lo importante es que los conflictos de interés sean conocidos y los abusos castigados.

En México, la corrupción tuvo un papel histórico. No fue una característica desagradable del llamado “sistema político mexicano”. Fue el sistema político mexicano: el reparto pacífico del queso, inventado en el siglo XIX y perfeccionado en el XX. Tuvo aceptación social como un mal menor a la guerra civil. Hizo de la buena voluntad un mercado, al margen de la ley, pero también de la violencia. Entronizó al presidente como Supremo Dador.

La tradición ha perdido aceptación, y ya es tiempo de que pase a la historia. La dificultad no está en la naturaleza humana, sino en los ciudadanos que abdican de su libertad y prefieren la sumisión ante el poder dador.

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